Tomando
como referencia algunos texto se puede decir que las definiciones abarcan
diferentes puntos de vista, ya sean neurológicos, psicológicos, pedagógicos,
logopédicos, etc.
Según
algunos estudios que se han realizado actualmente, se ha demostrado que aspecto
no es considerado como dislexia como tal:
•
No es una discapacidad intelectual.
•
No es una discapacidad sensorial.
•
No es una falta de motivación
•
No es un déficit de atención.
•
No es un problema de inmadurez.
•
.No es consecuencia de un problema emocional.
La
dislexia se contempla de forma muy similar en la Clasificación Internacional de
Enfermedades (CIE-10) [3] y en el Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales, cuarta edición (DSM-IV-TR) [4]. La CIE-10 incorpora la
dislexia en el apartado de trastornos específicos del desarrollo de las
habilidades escolares, y adopta el término de ‘trastorno específico de la
lectura’. En el DSM-IV se la denomina ‘trastorno de la lectura’.
DEFINICION DISLEXIA
La dislexia es un trastorno caracterizado por
una dificultad para la comprensión de textos escritos, así como para distinguir
o memorizar letras o grupos de letras, entre otros problemas. Su presencia
suele detectarse entre los ocho y los 13 años de edad, y se origina cuando el
hemisferio cerebral responsable de procesar la información visual actúa a menor
velocidad que el hemisferio encargado de los procesos del lenguaje.
En ocasiones se engloba
también en este concepto a otro trastorno que va íntimamente asociado a la
dislexia, la disgrafía o dificultad de escritura. Esta afección hace que, en
general, resulte muy difícil llevar a cabo un aprendizaje normal, y puede ser más
o menos incapacitante en función de qué tipo de síntomas predominen en cada
individuo.
TIPOS
DISLEXIA FONOLÓGICA:
El individuo realiza una lectura visual de las
palabras. La lectura visual es aquella en la que se observan las palabras de
una forma global, deduciendo (más que leyendo) las palabras conocidas, es
decir, eso que la mayoría de las personas hacen al echar un vistazo rápido a
una nota, o cuando buscan una palabra concreta dentro de un texto. Esto da
lugar a dificultades y errores a la hora de comprender una lectura:
·
Pueden leer correctamente palabras conocidas pero
les resulta imposible la lectura de palabras desconocidas y pseudopalabras
(palabras inventadas que en muchas ocasiones se emplean para evaluar distintas
alteraciones del aprendizaje).
·
Cometen abundantes errores visuales o errores de
lexicalización, por ejemplo leer “casa” en lugar de “casu” o “lobo” en lugar de
“lopo”.
·
Errores morfológicos o derivativos, en los que
confunden los sufijos: comía/comiendo, calculadora/calcular.
DISLEXIA SUPERFICIAL:
Este tipo de dislexia es el más habitual en niños;
en este caso se emplea de forma predominante la ruta fonológica. Esta ruta es
la que permite leer las palabras a partir de los fragmentos más pequeños, las
sílabas. Las personas con dislexia superficial tienen dificultad para leer
palabras cuya lectura y pronunciación no se corresponden, por ello afecta
principalmente a angloparlantes puesto que el inglés es un idioma en el que en
muchos casos las palabras no se corresponden de forma directa con una
pronunciación determinada (las letras no tienen un único sonido, sino que este
depende de cómo se hallen combinadas las mismas en una palabra).
Por otro lado, las complicaciones derivadas de este
tipo de dislexia van asociadas a la complejidad o longitud de las palabras.
DISLEXIA PROFUNDA O MIXTA:
Solo se da en los casos de dislexia evolutiva. Se
encuentran dañados los dos procesos de lectura, el fonológico y el visual. Esto
supone:
·
Graves dificultades para descifrar el significado
de las palabras.
·
Incapacidad para leer pseudopalabras.
·
Errores visuales y derivativos.
·
Errores semánticos o paralexias, por ejemplo,
confundir la palabra “feliz” con “Navidad”.
·
Dificultad para palabras abstractas, verbos y
palabras función (palabras sin significado que funcionan como nexo entre otras
palabras “un”, “el”, etc.)
DIAGNÓSTICO
DE LA DISLEXIA
La evaluación de los procesos cognitivos
implicados en la lecto escritura es la única vía posible para llegar a un
diagnóstico preciso del trastorno.
En cuanto
a la lectura, se analizará con detalle:
• La
capacidad para leer palabras frecuentes.
• La
capacidad para leer palabras poco frecuentes y complejas.
• La
velocidad lectora.
• Bajadas
en el rendimiento lector por cansancio o ansiedad.
• El procesamiento
sintáctico de las oraciones.
• Nivel
de acceso a los contenidos semánticos del texto.
• La
capacidad de integrar los nuevos conocimientos en la memoria remota.
• La
capacidad de acceder y organizar los nuevos contenidos.
• Las
memorias operativas de trabajo.
En la
escritura, se analizará con detalle:
• La
capacidad para copiar palabras con un trazo correcto.
• La
capacidad para escribir palabras y frases al dictado sin
• Errores
ortográficos ni de omisión o inversión de letras.
• El uso
de un tipo de letra legible y que se ajuste a unos patrones de tamaño y
Espacio.
• La
capacidad de reflejar los conocimientos a través de la escritura espontánea.
Un
diagnóstico que no refleje estos aspectos y que haga referencia exclusivamente
a aspecto emocionales, psicomotrices, perceptivos o de lateralidad no tendrá
ninguna validez científica. Dislexia y TDH (trastorno de atención con
hiperactividad)
HISTORIA
A pesar de que es en el siglo XX cuando se ha
puesto de manifiesto el alcance del problema, la dislexia fue reconocida y
descrita por primera vez a finales del siglo XIX1. Desde entonces,
investigadores procedentes de distintos campos de la medicina, la psicología y
la pedagogía han creído descubrir una diversidad de causas del problema
disléxico.
Para una revisión muy completa y objetiva más
de 200 artículos y libros sobre las bases de este problema remito el lector al
artículo de. Michel Habib que incluyo en la bibliografía.
DIAGNÓSTICO
Para
los profesionales de la enseñanza es
importante detectar los problemas de dislexia si
quieren contribuir a
su solución y
no aumentar los problemas que estos niños tienen esta área de aprendizaje tan crucial en nuestro sistema de
enseñanza, con las listas y descripciones que se presentan anteriormente en
este trabajo, se puede empezar a sospechar la
existencia de una dislexia en
un alumno.
Así, hay que descartar:
·
defectos de visión
·
defectos de la audición
·
Un C.I. por debajo de
lo normal
·
La existencia de una perturbación
emocional primaria
·
Que el problema sea debido a
mera falta de instrucción.
·
Que haya problemas de salud graves que
mediaticen el aprendizaje
·
Que no se den lesiones cerebrales
diagnosticables y que puedan afectar al
área del lenguaje.
·
Que pueda darse el diagnóstico de
algún retraso grave de desarrollo.
Algo
que puede guiar en el diagnóstico, además de
las dificultades de lecto-escritura, es la existencia de dificultades similares
en la familia. Las dificultades fonológicas ( de correcta repetición de
determinadas palabras ) y las dificultades de pronunciación, si no hay
una dislalia clara,
pueden orientar hacia
la dislexia.
La lateralidad cruzada o no definida, suele ir
ligada a la dislexia.
Con
estos datos de observación, el profesional que no sea psicólogo o pedagogo,
debe remitir el
niño a estos servicios, con el fin de que profundicen en el diagnóstico y
nos ayuden con su análisis a identificar los
problemas concretos que tiene cada alumno y
establecer las pautas y métodos de ayuda que le puedan ser más favorables.
El
psicopedagogo escolar o
privado, fundamentalmente tratará de establecer, además del historial
personal, médico y
pedagógico del alumno, su C.I. y las características de su perfil.
PRUEBAS
El
WISC (Escala de inteligencia de
Wechsler para niños) es el test de inteligencia más utilizado, por la
amplia información que
proporcionan sus subtests y la posibilidad de establecer un perfil, que si bien
se discute su utilidad, al menos permite conocer detalles del
funcionamiento y las posibles lagunas de dicho funcionamiento cognitivo..
Este
es el aspecto fundamental,
junto con una prueba de lecto-escritura, que puede ser el castellano el
T.A.L.E., (Test de Análisis de
Lectura y Escritura), que permite una análisis detallado por
niveles de edad y escolarización de los problemas que aparecen en todas las
áreas y modos de la lecto-escritura: letras, sílabas, lecturas, comprensión lectora,
dictado, copiado...
Si
se considera necesario por
la mayor incidencia de
problemas de lenguaje, se puede utilizar el
ITPA (El test Illinois de Aptitudes Psicolingüísticas)
El aspecto psicomotriz
se puede ver mediante las
pruebas de Mira-Stambak y el área de integración mediante el
test Gestáltico-Visomotor de Lauretta Bender.
Un
buen indicador inicial y
que se puede inicialmente en el aula, proporcionando información al
evaluador posterior, es el test de la figura humana de
Goodenough.
Una
alternativa para medir la inteligencia con
escaso componente verbal, son la matrices progresivas de Raven.
La percepción visual
en niños pequeños se puede evaluar con el test de Frostig, que tiene un programa para recuperar las
deficiencias encontradas.
La lateralidad se
puede evaluar con diversas pruebas, como la lateralidad generalmente se admite y mi experiencia lo ratifica, que en el WISC los
niños disléxicos puntúan más alto en la escala manipulativa que en la verbal Las
pruebas de Dígitos, Información, Aritmética y
la de Claves están asociadas a los problemas de dislexia, los niños con este
problema puntúan bajo en ellas por cuanto las habilidades que se exigen en
ellas tienen que ver con la memoria a
corto plazo .
Hay
que tener particular cuidado con
los resultados de los tests que requieran leer las preguntas, porque en ellos
los disléxicos pueden aparecer como deficientes.
En
buena medida, las pruebas que se pasan tienden a tratar de aclarar qué
aspectos son deficitarios en el funcionamiento del niño y qué áreas trabajar en
la recuperación.
En
un aula se puede detectar una posible dislexia haciendo leer a
un niño en voz alta y pidiéndole que nos cuente algún acontecimiento previamente
narrado por él o lo que ha leído, cuando se
ha comprobado o que lo ha comprendido y lo ha expresado correctamente a nivel
oral.
SINTOMAS COMUNES
En
la lectura se
pueden encontrar errores
desde el desconocimiento de más o menos letras, hasta las adiciones, omisiones,
repeticiones, inversiones, cambios de línea, lectura con falta de
ritmo, ausencia de
puntuación, acentuación y entonación, dificultades en sílabas compuestas,
inversas, palabras largas o nuevas, o con acumulación de dificultades de
pronunciación, dificultades con la g y la j, con la c y la z, confusiones en
letras simétricas :d/b, p/q, d/p, letras de pronunciación similar : m/n, m/p,
b/p, b/m... Cuando son
mayores, típicamente inician la lectura de
una palabra larga y acaban con otra que aparentemente se inventan. Esto
es debido a que por
falta de agilidad y práctica no hacen la adecuada previsión de lo que viene a
continuación, como hacen los buenos lectores. Por eso en la reeducación hay que
acompañarlos al leer y corregir con suavidad sus errores para que puedan hacer
un aprendizaje correcto
y reestructuras sus hábitos y
automatismos lectores.
Como
se ve la cantidad de
errores posibles y las posibilidades de combinación abundancia, influencia en las
dificultades, es variada, y habrá de ser tenida en cuenta a la hora de
programar la reeducación.
En
la escritura, cuando se
le pide que escriba de una manera espontánea,
generalmente se producen estos fenómenos:
1.-
Dificultad inicial para imaginar la historia o si la ha
imaginado adecuadamente, se siente incapaz de expresarla
por escrito o reacio a
hacerlo. Consume mucho en tiempo antes
de iniciar el trabajo. A
veces es preciso sugerirle los temas y el cómo expresarlos.
2.-
El niño necesita un tiempo excesivo
para escribir su relato. Puede tardar 15
o 20 minutos para escribir dos líneas, aunque esto es un caso extremo.
3.-
La escritura en sí puede ser indicativa, por el tipo de letra, la mayor o
menor disgrafía ,
la forma a veces incorrecta de coger el lápiz, la forma de realizar los óvalos
de las letras. Se puede observar agarrotamiento
a la hora de escribir. El niño puede manifestar cansancio.
L letra inicialmente correcta, se va desestructurando, el niño pierde el control que a veces
ejerce inicialmente a costa de grandes esfuerzos. Por eso en ocasiones animo a
que escriban prescindiendo de la buena letra, pese a las tendencias
uniformadoras de los profesores.
4.-
Discrepancia entre lo escrito y el lenguaje oral del
niño. (Por eso a veces convendría evaluar a los niños disléxicos oralmente y no
por escrito). A veces utilizan una sintaxis extraña,
omite palabras en especial los nexos y las palabras de función, dándose cuenta de ello en
ocasiones al releer el
texto. Igualmente el uso de los signos de puntuación apenas responde a las
normas sintácticas.
Cuando
detectamos estos errores en un alumno, o algunos de ellos, debemos sospechar
una dislexia y derivar el niño para
un diagnóstico en
profundidad.
TRATAMIENTO
La dislexia puede ser tratada, y los resultados que
se obtienen suelen ser muy positivos. Para ello es fundamental conseguir un
diagnóstico a tiempo y conocer con precisión el tipo de dislexia que sufre el
paciente. En niños hasta los nueve años, el tratamiento asegura una
recuperación total o casi total. Después de los 10 años resulta más complicado
el aprendizaje de determinados parámetros y, por tanto, suelen requerirse
terapias más largas.
El tratamiento de la dislexia debe ser
completamente personalizado y adaptado a la edad y síntomas del paciente; cada
niño sufrirá diferentes carencias y requerirá que se haga especial hincapié en
distintos aspectos. La manera de superar la dislexia consiste básicamente en
aprender a leer y escribir de nuevo, adaptando el ritmo de aprendizaje a las
capacidades del niño.
Este es un trabajo muy duro para un niño de
cualquier edad, y es muy fácil que pierdan el interés rápidamente o que se den
por vencidos. Por ello, es primordial en todos los casos crear interés,
motivar, y llevar a cabo la terapia con actividades que no resulten tediosas.
Los pedagogos y profesionales tienden a enfocar el
tratamiento de una forma u otra en función de la edad:
·
Niños en educación
infantil: normalmente aún no están
aprendiendo a escribir, de modo que se insiste en prevenir dificultades futuras
con ejercicios que activen la conciencia fonológica (rimas, dividir palabras en
sílabas, etc.).
·
Niños de seis a nueve
años: a la tarea de aumentar la conciencia fonológica va a sumarse el
trabajo lector. Se insistirá en un incremento de la lectura y lectura en voz
alta, siempre tratando de proporcionar textos atractivos que despierten el
interés del niño.
·
Niños mayores de 10 años: a
esta edad es difícil corregir carencias en la conciencia fonológica. Lo mismo
ocurrirá con la lecto-escritura, de modo que la terapia se centrará en tratar
de encontrar técnicas y trucos que faciliten la comprensión de textos.
DISLEXIA
EN EL ADULTO
La mayoría de los casos de dislexia se detectan en
edad escolar y son tratados de forma adecuada. Pero existe un porcentaje de
personas que sufren dislexia y no lo saben, lo que supone una enorme fuente de
frustración e inseguridad para ellas, ya que se ven constantemente sometidos a
presiones, estrés, esfuerzo extra, etc. A esto se suma la falta de apoyo a la
que se enfrentan en ocasiones los pacientes que han sido diagnosticados y que
están recibiendo tratamiento, a los que se debe hacer saber que no están menos
capacitados que los demás, y que tienen a su disposición los recursos que
necesiten para superar sus dificultades.
Por otro lado, es importante recordar que se trata
de un trastorno crónico, y que aunque una persona haya tenido la oportunidad de
recibir tratamiento durante la infancia, esto no significa que al llegar a la
edad adulta no deba seguir aprendiendo y esforzándose.
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA
- Ajuriaguerra, J. (1970). Discussion. En: Wapner, S. y Werner, H. eds. Thebodypercept.
- Bion, W.R. (1962). Learning from experience, Londres, Heinemann.
- Aaron, P. G., Philipps, S., & Larsen, S. (1988). Specic reading disability in historically.
- AJURIAGUERRA, J. (1976). "Manual de Psiquiatría infantil". Edit. Toray-Masson.
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